#ElPerúQueQueremos

Daredevil, una historia católica de padres e hijos

"¿Puede un hombre hacer la diferencia? Hay días que lo creo, y hay otros en los que pierdo toda esperanza."

Murdock

Publicado: 2015-06-03

Es un comic, con las bondades y limitaciones de un comic. Y como tal ha sido llevado a la pantalla por Netflix. Como naturalmente ando yéndome a los significados me ahorraré comentarios sobre la historia en sí, cómo fue a parar donde fue a parar, la sociología de los dibujitos, las técnicas que se usan, la nota friki, etc., no es lo mío. 

Lo que he visto es una historia católica de padres e hijos. El bueno de Murdock es bueno porque su papá lo fue y murió a golpes por no decepcionarlo. El malo de Wilson es malo porque su papá fue malo y mezquino, abusador de mujeres y de niños que recibió un merecido que se prolonga en la contradictoria vida de ese villano gordo que parece un borrador de papa de los que nos pedían en los 80 en dibujo técnico. 

Pues bien, repito que es una historia católica y bastante explícita. El bueno no asesina ni justifica jamás el crimen, siempre intenta ser coherente y sus problemas de conciencia se los vomita a un cura viejo que jamás lo reprende, sólo lo acoge, le convida café con leche y le hace buenas preguntas. El malo no se detiene ante nada ni le importa romper cualquier límite con tal de alcanzar un objetivo noble pero perdido en el camino que riega de sangre y explotación. Y, como todo buen malo que se precie, se cree un benefactor. Toda la estética de la producción está plagada de símbolos católicos y la teología del cura es bastante correcta, lo que sorprende.

Y bueno, como soy católico practicante (o más bien intentante) me he sentido muy identificado con ese ciego que intenta hacer justicia en un lugar llamado "la cocina del infierno" en pleno centro de Nueva York. Es casi como escribir por joder en la Mula.


Escrito por

José Manuel Rodríguez Canales

Soy profe de teologías. Hice muchas cosas, RPP entre ellas. Hago teatro. Como manda Jesús, amo a la gente, buena o mala, el amor no separa.


Publicado en